QUÉ ES EL TRAUMA

Se tiende a poner el nombre de traumático a experiencias especialmente dolorosas, y que todos y todas podemos entender como tal. Por ejemplo: una violación, un tsunami, el abuso sexual infantil, un accidente de tráfico en el que pierdes a un ser querido.

Sin embargo, vengo a contarte que traumático puede ser cualquier experiencia en la cual te has visto silenciado, sin voz para poder nombrar y gritar lo ocurrido, y así, sin poder legitimarlo, viviéndolo en soledad, de manera desprotegida y escindida. Con escindida me refiero a la ruptura que se produce entre esa parte que necesitó sentirse vista, escuchada y acompañada (la que vivió dicha experiencia traumática), y tú.

Cuando mezclamos impacto emocional + silencio estamos hablando de una vivencia traumática. De esta manera, el trauma psíquico es la herida resultante de verse obligado a callar experiencias emocionales que nos resultaron impactantes, sin poderlas compartir con nuestros cuidadores principales, generando creencias hacia el mundo más limitantes y menos adaptativas, como, por ejemplo: “mi cariño hacia el otro será rechazado’’, “si saco mi enfado no me van a querer’’ o “si comparto mi dolor se alejarán de mí’. 

Síntomas producidos por experiencias traumáticas: 

Más allá de la disociación, de la esquizofrenia o de trastornos de personalidad que se acercan al ámbito de lo psicótico, hay síntomas más o menos compartidos entre nosotras y nosotros que guardan relación con haber vivido experiencias traumáticas. 

Algunos de estos son: experimentar con demasiada frecuencia momentos de desconexión, no enterándote de lo que te están contando. También, vivirte como alguien despistado, olvidadizo y con falta de concentración… tener la sensación de que te cansas más de lo normal. 

Por otro lado, aquejarte de diversos síntomas físicos y enfermedades… sufrir insomnio, ansiedad o ánimo deprimido.

Igualmente, notar sensaciones corporales que sospechas que guardan relación con una experiencia pasada… pesadillas recurrentes, así como, ser calificado como una persona hiperactiva o “multitarea’’.

Como puedes ver, son síntomas que tendemos a categorizar como “normales’’ y, que no teniendo por qué, pueden verse desarrollados por experiencias dolorosas que no pudiste procesar en tu niñez. 

Cuál es el coste de haber vivido experiencias traumáticas

Principalmente el coste es la pérdida de autenticidad y seguridad en ti mismo/a. Con autenticidad me refiero a aceptarte tal y como eres, a permitirte vivirte en relación desde tu espontaneidad, apoyando tu forma de ser, sin la necesidad de esconder tus sentimientos, pensamientos o formas de comportarte. 

Con seguridad, hago referencia a la experiencia de vivirte en plena autonomía, confiando en tu capacidad para sostenerte, y con la conciencia puesta en que somos seres sociales, sanamos a través del vínculo con el otro. Esto da paso a no confundir independencia con autonomía. Somo seres inter-dependientes. 

Cómo trabajar con las experiencias traumáticas

Mi mirada hacia estas vivencias tiene que ver con el respeto del ritmo de crecimiento de cada uno, sin forzar la salida de dichas experiencias. Apoyando, validando y cuidando a esas partes de ti mismo/a que conforman a tu niño/a interior, el cual necesita ser legitimado, tal y como es. 

El primer paso para sanarse uno mismo es aceptar las sombras que darán paso a nuestra luz. 

Si te has visto identificado con este texto y crees que puedes necesitar acompañamiento para transitar experiencias de este tipo, puedes contactar con nosotros: info@iluminapsicologia.com  

Laura Villa Manzano

Psicóloga colegiada M-36481

Empezar psicoterapia: preguntas más comunes

Dar el paso de iniciar un proceso de psicoterapia es una decisión valiente. Es normal tener dudas y temores al principio; puede que no sepamos qué esperar, cómo comportarnos, de qué debemos hablar o si es lo adecuado para mí. Aclarar estas inquietudes puede ayudarte a dar el primer paso con confianza.

  1. ¿Cómo saber si necesito psicoterapia?
    • Si te sientes abrumado por emociones persistentes como tristeza, ansiedad o irritabilidad.
    • Si tienes dificultades en las relaciones, en el trabajo o en tu día a día.
    • Si quieres conocerte mejor o superar bloqueos personales.
    • Sientes que tus días son monótonos y que no estás disfrutando de la vida como quisieras.
  2. ¿Qué sucede en la primera sesión?
    • Es un espacio para expresar el motivo por el que acudes a terapia y conocer al terapeuta.
    • No necesitas preparar nada específico; solo trae tu disposición a compartir.
    • El terapeuta te explicará cómo podéis trabajar juntos.
  3. ¿Y si no me siento cómodo?
    • Es normal sentir nervios al principio, puedes explicarle a tu psicólogo abiertamente lo que estás sintiendo.
    • Si no sientes conexión tras algunas sesiones es válido buscar otro profesional.
  4. Mitos comunes sobre la psicoterapia:
    • “Solo es para problemas graves”: La psicoterapia también es útil para el crecimiento personal y como acompañamiento en los sucesos de nuestro día a día.
    • “Es como hablar con un amigo”: Aunque empática, la psicoterapia usa técnicas profesionales basadas en evidencia y el psicólogo es un profesional formado y entrenado para observar lo que te pasa, formular hipótesis de cómo estás funcionando a nivel psicoemocional y enseñarte herramientas que te puedan ayudar..

La psicoterapia es una inversión en tu bienestar emocional. Resolver tus dudas y entender el proceso es el primer paso hacia una experiencia transformadora.

¿Te sientes listo para dar el primer paso? Contáctanos para más información: info@iluminapsicologia.com

Ilumina Psicología

Mindfulness y Regulación Emocional: Claves para el Bienestar

En un mundo que no deja de moverse, aprender a regular nuestras emociones puede parecer un desafío. Sin embargo, existe una herramienta poderosa, accesible y transformadora que nos ayuda a vivir con mayor equilibrio: el mindfulness.

¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness, o atención plena, es la práctica de estar completamente presente en el momento, sin juicios ni distracciones. Nos invita a observar nuestras emociones, pensamientos y sensaciones corporales tal como son, sin intentar cambiarlas inmediatamente.

La conexión entre mindfulness y regulación emocional
Cuando vivimos en piloto automático, nuestras emociones pueden desbordarnos. Un comentario negativo, un mal día en el trabajo o una discusión pueden desencadenar una tormenta emocional difícil de gestionar. Aquí es donde el mindfulness se convierte en una herramienta esencial: nos permite tomar conciencia de nuestras reacciones y responder de manera más sabia y compasiva.

3 pasos para regular tus emociones con mindfulness

  1. Reconoce lo que sientes: Detente un momento y ponle nombre a la emoción. «Estoy enojado», «Me siento ansioso», «Esto me hace sentir triste». Se consciente de lo que sientes en tu cuerpo.
  2. Respira conscientemente: Practica respiraciones profundas, inhalando y exhalando lentamente. Esto calma el sistema nervioso y te da claridad.
  3. Responde, no reacciones: Desde un estado más sereno, elige cómo actuar en lugar de dejarte llevar por impulsos automáticos.

Beneficios comprobados
Estudios científicos han demostrado que el mindfulness reduce el estrés, mejora el autocontrol emocional y fomenta relaciones más saludables. Incluso pequeñas prácticas diarias, como meditar cinco minutos o simplemente prestar atención plena a una taza de té, pueden marcar una gran diferencia.

Un reto para ti
Hoy, tómate cinco minutos para practicar mindfulness. Siéntate en silencio, observa tu respiración y permítete sentir sin juzgar ni intentar cambiar nada; sólo observa lo que va pasando con curiosidad. Es un pequeño paso hacia una vida más consciente y equilibrada.

El camino hacia el bienestar emocional no es lineal, pero con el mindfulness como aliado, tienes el poder de transformar cada momento en una oportunidad para crecer. Si quieres aprender a utilizar esta herramienta, pregúntanos por nuestros talleres grupales o por sesiones individuales: info@iluminapsicologia.com

Ilumina Psicología

Terapia hombre

SEXUALIDAD MASCULINA Y TERAPIA SEXOLÓGICA

RECUPERANDO EL PLACER Y LA CONFIANZA

Hablar de sexualidad sigue siendo un desafío para muchas personas, especialmente para los hombres. A menudo, se nos ha enseñado que debemos ser seguros, tener el control y saberlo todo cuando se trata de nuestra vida íntima. Pero la realidad es distinta: los problemas sexuales son comunes, afectan a la autoestima y pueden tener un gran impacto en las relaciones de pareja y en la calidad de vida en general.

Sin embargo, todavía persiste un gran tabú en torno a la idea de que los hombres busquen ayuda profesional para tratar sus dificultades en la esfera íntima. La buena noticia es que cada vez más se está descubriendo que la terapia sexológica no solo es un recurso válido, sino que puede ser una puerta de entrada a una vida más satisfactoria y plena.

¿Cuándo es el momento adecuado para acudir a terapia sexológica?

Hay muchas razones por las que se puede decidir acudir a consulta de sexología. Algunas de las más comunes incluyen:

– Dificultades con la erección o la eyaculación: Problemas como la disfunción eréctil o la eyaculación precoz pueden generar angustia, ansiedad y afectar la seguridad personal.

– Deseo sexual bajo o desajustado: Tener bajo deseo o tener diferencias con la pareja puede generar frustración e incomprensión.

– Inseguridad o ansiedad en el espacio íntimo de pareja: La presión por “rendir bien” en la cama puede generar bloqueos emocionales y afectar la experiencia íntima.

-Dificultades en la identidad o la orientación sexual: La confusión o la falta de aceptación pueden ser una fuente de sufrimiento y de aislamiento.

-Problemas en la relación de pareja: La sexualidad no es un aspecto aislado; muchas veces los conflictos de pareja repercuten en la vida íntima.

La terapia sexológica: un espacio para entender y mejorar

La terapia sexológica no solo busca solucionar problemas, sino mejorar la calidad de vida en su conjunto. A través de este proceso, muchas personas han descubierto que su bienestar sexual está directamente relacionado con su bienestar emocional, físico y relacional. Aquí te desarrollo algunos de sus beneficios más destacados:

-Mejor autoconocimiento y confianza

Uno de los grandes logros de la terapia sexológica es que nos ayuda a comprender mejor el propio cuerpo, su respuesta y sus emociones. A través del autoconocimiento, es más fácil ganar seguridad y eliminar inseguridades innecesarias.

-Reducción de la ansiedad y el estrés sexual

Muchos problemas sexuales están ligados a la ansiedad y al miedo al desempeño. La terapia enseña técnicas de relajación y control de pensamientos para evitar el autosabotaje y disfrutar plenamente de la experiencia íntima.

-Superación de tabúes y mitos

Dependiendo de nuestro contexto cultural y biográfico, hemos sido expuestos a creencias erróneas sobre la sexualidad. La terapia permite desmontar estos mitos y reemplazarlos por información real y científica, lo que alivia presiones innecesarias.

-Mejora de la comunicación en pareja

Uno de los mayores obstáculos es la falta de comunicación con nuestra pareja. Aprender a expresar deseos, inquietudes y límites de manera abierta y respetuosa fortalece la relación y evita conflictos innecesarios.

-Solución efectiva para problemas sexuales comunes como eyaculación precoz, la disfunción eréctil, el bajo deseo sexual o la falta de orgasmo no tienen por qué ser una condena permanente. Con orientación adecuada, se logra mejorar significativamente nuestra vida sexual.

La terapia sexológica ayuda a descubrir nuevas formas de disfrutar la sexualidad sin presiones, explorando alternativas que van más allá del rendimiento. En definitiva, la terapia sexología ofrece un espacio seguro, sin juicios ni tabúes, donde poder explorar y trabajar sobre la propia sexualidad con naturalidad y respeto. 

Recuerda que si sientes que hay algo en tu vida íntima que te preocupa o te genera insatisfacción, dar el paso hacia la terapia sexológica puede marcar un antes y un después. Aquí estamos para ayudarte y ofrecerte un espacio de seguridad e intimidad: info@iluminapsicologia.com

Félix Gutiérrez

Psicologo sanitario y sexólogo

Col. CL096143

EL CUIDADO DEL CUIDADOR

¿CÓMO AFRONTAMOS CUIDAR A UN SER QUERIDO?

Cuando hablamos de un cuidador nos referimos a personas que por elección personal tienen que dedicar parte de su vida o su vida entera a cuidar a un ser querido. Esto conlleva dificultades para asumir los retrocesos y avances en el progreso de la enfermedad o en vida del ser querido y, sobre todo, el trato que pueden recibir de esa persona que se encuentra en una situación no elegida y cuyas emociones son negativas dado que no quiere sentirse dependiente y al cargo de su ser querido.

Para que un cuidador pueda cuidarse y a la vez mantener su integridad psicológica ha de tener resiliencia. La resiliencia se define como la capacidad que tenemos las personas para adaptarnos a situaciones vitales estresantes y salir fortalecido de ellas. Para llegar a ser resiliente un cuidador ha de confiar en sí mismo y en el otro, reducir su estrés y desarrollar sus fortalezas personales.

A menudo cuando estamos en una situación dolorosa no nos resulta fácil encontrar motivaciones suficientes para salir de la espiral de sufrimiento y parece que en ese momento todo se vuelve aún más complicado.

Cuando hablamos de fortalezas hablamos de aquellos pilares personales que nos permiten disfrutar de la vida y afrontar las dificultades. Ejemplos de fortalezas personales serían: creatividad, deseo de aprender, coraje, valentía, persistencia, vitalidad, amabilidad… Conocer nuestras fortalezas y aplicarlas en nuestras actividades de la vida cotidiana incrementa nuestro bienestar y nuestra sensación de felicidad.

Es importante que establezcamos objetivos motivacionales para mejorar nuestra inteligencia emocional, centrándonos en nuestros estados internos, que nos ayuden a experimentar felicidad y disfrute y nos distraigan de la tarea del cuidado para que ésta no nos resulte tan dolorosa.

Para ello, la resiliencia nos ayuda a ser resistentes y desarrollar unas habilidades que nos faciliten no sucumbir frente a la adversidad:

  • Qué tengo: apoyos externos, personas que me ayudan, que me ofrecen límites para que aprenda a desenvolverme solo.
  • Qué soy: apoyos internos de mi carácter entre los que se encuentran las fortalezas, mi experiencia y aprendizaje de la vida.
  • Qué puedo ser: puedo gestionar mi impulsividad, hacerme cargo de mis emociones, comunicar lo que me inquieta y pedir ayuda.
  • Qué estoy: a dónde me dirijo, estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de mis actos.

Pero la resiliencia también nos ofrece oportunidades para resolver las dificultades y así:

  • Identificamos los problemas para generar estrategias que nos ayuden a no repetirlos en el futuro
  • Aprendemos a manejar nuestra emociones ante situaciones de crisis permaneciendo centrados en su resolución y no en el problema
  • Controlamos nuestra vida sin dejarnos llevar por la irrealidad y valoramos lo positivo del futuro
  • Confiamos en nuestra competencia y en nuestras capacidades (autosostén) o en el mensaje de que podemos sostener la vida, nos queremos y confiamos en nosotros.
  • Encaramos situaciones dolorosas con sentimiento de esperanza. Para ello es importante contar con una red de apoyo o de sostén en la que podamos depositar nuestras dudas y afectos.

Debemos recordar que somos el único y principal dueño de nuestra vida, que tenemos debilidades que podemos asumir para crecer y aprender de ellas, que nos podemos apoyar en aquéllas personas que nos comprenden y que nos ayudan a decidir nuestro mejor camino y, sobre todo, que atendiendo nuestras necesidades conseguiremos mantener el cuidado de nuestros seres queridos sin que nuestra salud psicológica se resienta en el proceso.

«Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento» (Victor Frankl)

Si tienes dificultades para hacerlo solo, no dudes en pedir ayuda.

María José Rebollo

Psicóloga colegiada M-14839

Año nuevo: un momento para parar

Aprovecha el cambio de año para reflexionar y crear un futuro más pleno

El inicio de un nuevo año siempre trae consigo un aire de renovación. Es el momento perfecto para reflexionar sobre lo vivido, establecer intenciones y dar pequeños pasos hacia un mayor bienestar emocional. Este tipo de ejercicios, como la búsqueda de sentido, cultivar nuestras fortalezas, especialmente la gratitud, proponernos metas, etc., tienen un probado efecto sobre nuestro bienestar. Desde Ilumina Psicología, te compartimos algunas ideas para iniciar este 2025 con propósito y claridad.

1. Reflexiona con gratitud

Antes de escribir tus metas tómate un tiempo para mirar hacia atrás. ¿Qué logros alcanzaste en el año anterior? ¿Qué desafíos enfrentaste y cómo te fortalecieron? Practicar la gratitud te ayuda a valorar tu camino y a entrar en el nuevo año con una mentalidad positiva.

 Ejercicio: Escribe tres cosas que agradeces del año que pasó.

2. Establece metas realistas y emocionales

A menudo, comenzamos el año con propósitos ambiciosos, como “ir al gimnasio todos los días” o “leer 50 libros”. Pero, ¿qué hay de tu bienestar emocional? Plantea metas que nutran tu mente y tus emociones, como “dedicar 10 minutos diarios a la meditación” o “ser más amable conmigo mismo”.

 Consejo: Un largo camino comienza con un solo paso. Piensa en cuál es el primer paso para llegar a tu meta y empieza por ahí.

3. Crea hábitos sostenibles

El cambio no sucede de la noche a la mañana. Adoptar hábitos pequeños y sostenibles tiene un impacto más profundo y duradero en tu bienestar. Por ejemplo, si tu meta es cuidar tu salud mental, podrías empezar con una primera cita con un psicoterapeuta o con la práctica de la respiración consciente.

 Recuerda: La consistencia es más poderosa que la perfección.

4. Aprende a soltar

Un nuevo año también es una oportunidad para dejar atrás aquello que ya no te sirve. Esto puede incluir pensamientos negativos, relaciones tóxicas o incluso la presión de ser perfecto. Aprender a soltar es un acto de amor propio.

 Reflexión: ¿Qué necesitas dejar ir para avanzar más ligero?

5. Conecta con tu propósito

El propósito no siempre es un gran proyecto de vida; puede ser algo tan simple como disfrutar más los momentos cotidianos. Reconecta con lo que te hace sentir pleno y busca maneras de integrarlo en tu día a día.

 Idea: Haz una lista de cosas que te llenan de energía y reserva un lugar para ellas en tu agenda.

Puedes encontrar más ejercicios en nuestro post de Instagram.

En Ilumina Psicología, estamos contigo

El año nuevo puede ser inspirador, pero también puede despertar ansiedad o incertidumbre. Si sientes que necesitas apoyo para afrontar este nuevo ciclo, no dudes en buscar ayuda profesional. Un psicoterapeuta puede guiarte en este camino hacia el bienestar emocional.

¡Te deseamos un 2025 lleno de luz, claridad y transformación! Recuerda que cada día es una nueva oportunidad para cuidarte y crecer. 🌟

Ilumina Psicología

La Navidad como oportunidad para cultivar valores

¿Recuerdas qué te emocionaba de la Navidad cuando eras pequeño? Quizás te hacían ilusión los regalos, las luces y los festejos. Pero seguramente también vienen a tu mente esos momentos especiales: las risas con los primos, los abrazos cálidos de los abuelos o simplemente disfrutar de estar juntos en familia.

Para quienes han tenido la suerte de vivir esta experiencia junto a sus seres queridos, la verdadera magia de la Navidad está en esos pequeños instantes de conexión y cariño.  En compartir, agradecer y crear recuerdos con quienes más queremos. 

Por eso, la Navidad puede ser un buen momento para reflexionar sobre qué queremos transmitirles a nuestros hijos, no solo en estas fechas, sino para toda la vida. Al final, los valores van a ser como una brújula que los guiará en el futuro. 

 ¿Qué tal si aprovechamos esta época para reforzar los valores que más nos importan?

¿Cómo? 1) Identificando y 2) actuando en consonancia con los valores que queremos inculcar en nuestros hijos. 

Para ello, te puedes preguntar:

  • ¿Qué quiero transmitirles a mis hijos?
  • ¿Qué tipo de personas quiero ayudarles a ser?

Incluso puedes hacerles partícipes, preguntándoles cómo les gustaría recordar estas fiestas dentro de unos años. 

¿Qué valores resuenan contigo y tu familia?

¿Conexión? ¿Gratitud? ¿Creatividad? ¿Compasión? ¿Generosidad? ¿Empatía? ¿Espiritualidad? ¿Humor? ¿Humildad?

Una vez identificado aquello que más te importa, puedes concretarlo en acciones que vayan en esa dirección. Aquí tienes algunas ideas según distintos valores que quieras fomentar: 

  • Conexión: desconectarse de las pantallas para hacer actividades juntos (como poner el árbol, cocinar un plato típico en familia, cine navideño en casa…) o pedir a los abuelos o tíos que cuenten anécdotas divertidas o emotivas de su infancia. 
  • Gratitud: crear un calendario de adviento con cosas por las que estén agradecidos o animar a escribir cartas o diarios de gratitud. 
  • Generosidad y solidaridad: invitar a tus hijos a seleccionar juguetes o ropa que ya no usen para donar, o colaborar con alimentos para quienes lo necesiten.
  • Creatividad: animar a crear algo juntos con manualidades, regalos personalizados, decorar galletas o inventar canciones o cuentos navideños.

Al final, el mejor regalo que podemos darle a nuestros niños no está en la cantidad de actividades ni cosas materiales, sino en el tiempo de calidad, las experiencias compartidas y los valores que les transmitimos.  Esos son los regalos que realmente perduran. 

¡Felices Fiestas!

Mª Gabriela Palma

Psicóloga Sanitaria M-40285

Pareja y sexualidad

El deseo y el vínculo en la pareja

Cómo la Psicología te puede ayudar

Cuando hablamos de relaciones de pareja, suelen surgir dos conceptos fundamentales: el deseo y el vínculo. Estos elementos, aunque íntimamente relacionados, pueden enfrentarse a altibajos a lo largo del tiempo. La convivencia, el estrés y los cambios personales o de etapa en la vida pueden hacer que el deseo fluctúe, afectando la conexión emocional. Aquí exploramos cómo ambos factores interactúan y cómo la ayuda de un profesional puede marcar la diferencia.

Para comenzar, es fundamental entender que el deseo en la pareja es mucho más que atracción física. Implica interés, curiosidad y la capacidad de percibir al otro como alguien único y deseable. Sin embargo, con el paso del tiempo, este deseo puede verse afectado por la rutina o por factores como la falta de comunicación o la aparición de conflictos no resueltos.

Es común que, en relaciones de larga duración, el deseo se transforme, lo que antes era espontáneo y apasionado puede volverse predecible o incluso distante. Pero esta transformación no tiene por qué ser negativa; puede ser una oportunidad para que la pareja redescubra nuevas formas de conexión.

Mientras el deseo es cambiante y puede ser revitalizado, el vínculo emocional actúa como un pilar de estabilidad en la pareja. Este vínculo se nutre de confianza, respeto mutuo y momentos compartidos que fortalecen la relación. Sin embargo, cuando el deseo disminuye, el vínculo también puede resentirse, creando un ciclo de desconexión que afecta la relación en su totalidad.

Para comprender las razones por las que el deseo y el vínculo se pueden resentir en una relación de pareja, es necesario tener en cuenta los diversos factores que pueden influir entre el deseo y el vínculo:

– Rutinas y responsabilidades; exigencias del día a día pueden dejar poco espacio para la espontaneidad.

– Cambios emocionales o físicos provocados por etapas de estrés, problemas de salud o inseguridades, que pueden interferir directamente en la intimidad.

– Falta de comunicación entre la pareja. No hablar abiertamente sobre deseos o preocupaciones puede crear malentendidos o distancia.

¿Cómo puede ayudarte un profesional de la Psicología?

En este contexto, acudir a un psicólogo especializado puede ser una decisión transformadora para las parejas y un punto de inflexión en su relación. Si decides acudir a sesiones de terapia de pareja podrás conseguir:

– Reavivar la conexión emocional y fortalecer el vínculo afectivo entre la pareja.

– Explorar las raíces del deseo, identificando patrones o barreras que puedan estar afectando la intimidad, como miedos, bloqueos o mitos sobre la sexualidad.

-Incorporar nuevas dinámicas en la relación que fomenten el deseo, tales como la mejora de la comunicación o el redescubrimiento mutuo.

– Romper ciclos de culpa o frustración, encontrando un espacio para hablar de los problemas sin juicio, promoviendo la comprensión mutua.

– Aprender nuevos conceptos e ideas sobre la sexualidad, desmontando ideas preconcebidas y adoptando una visión más flexible y realista del deseo y la intimidad.

Entender que el deseo y el vínculo son dinámicos es clave para mantener una relación sana y satisfactoria. Las crisis o dificultades en la intimidad no son inusuales, pero tampoco son el final del camino. Con voluntad y la guía adecuada, es posible fortalecer la conexión emocional y redescubrir una intimidad enriquecedora.

Un profesional de la Psicología con formación en terapia de pareja no solo ayuda a resolver problemas, sino que también enseña a la pareja a construir una relación más sólida, basada en el respeto y la complicidad. Si sientes que en tu relación algo se ha apagado, recuerda que siempre hay herramientas para recuperar la conexión. ¡El primer paso es reconocerlo y buscar ayuda! Escríbenos: info@iluminapsicologia.com

Félix Gutiérrez Gil

Psicólogo sanitario CL06143

Crianza

Habla de sexualidad con tus hijos

Educación sexual en la infancia: Sembrando valores y confianza

La educación sexual en la infancia no consiste sólo en hablar de anatomía, es una oportunidad para enseñar a nuestros hijos valores como el respeto, la importancia de poner límites y de la confianza. Conocer el momento adecuado y la manera correcta de abordarlo son clave a la hora de guiar a los niños hacia una comprensión sana y positiva de su cuerpo y de sus relaciones.

  1. ¿Por qué es importante la educación sexual desde temprana edad?
    • Previene desinformación o mitos que pueden surgir de fuentes externas no confiables.
    • Fomenta la autoestima y el respeto hacia el propio cuerpo.
    • Ayuda a establecer límites personales y a reconocer situaciones inapropiadas.
  2. Cómo abordar el tema según la edad:
    • De 3 a 6 años: Usa nombres correctos para las partes del cuerpo y explica diferencias básicas entre niños y niñas.
    • De 7 a 9 años: Habla sobre los cambios corporales que ocurren en la pubertad de forma sencilla.
    • De 10 años en adelante: Introduce temas como consentimiento, relaciones saludables y responsabilidad.
  3. Claves para hablar con naturalidad:
    • Usa lenguaje claro y adaptado a su edad.
    • Responde a sus preguntas sin evitar el tema.
    • Crea un ambiente de confianza para que se sientan cómodos hablando contigo.
  4. Beneficios a largo plazo:
    • Los niños desarrollan una relación saludable con su cuerpo y su identidad.
    • Crecen con habilidades para tomar decisiones responsables.
    • Están más protegidos frente a situaciones de abuso.

Educar sobre la sexualidad es necesario para formar a niños seguros, informados y respetuosos. La conversación comienza en casa, con apertura y naturalidad.

En Ilumina Psicología ofrecemos orientación para abordar estos temas de manera efectiva. ¡Contáctanos para más información!

Ilumina Psicología

YO TENGO CARÁCTER

Cuando nos paramos a analizar nuestras acciones, muchas veces nos preguntamos por qué hacemos lo que hacemos, por qué seguimos los mismos patrones de comportamiento, por qué reaccionamos de ciertas maneras ante diferentes situaciones. Para tener una respuesta es necesario hablar del carácter. 

El carácter es nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Aquello que nos ayudó a solventar los conflictos a los que nos enfrentamos cuando éramos más pequeños (frustración, miedo, dolor, rabia…). Esas estrategias adaptativas que en su día funcionaron porque nos llevaron a seguir adelante. 

Sin embargo, en presente, en nuestra edad adulta, podemos sentir que esas mismas estrategias (volverse invisible, mostrarse frío, reaccionar exageradamente a los conflictos o evitar el dolor emocional) suponen un coste, o no me ayudan de la manera en que yo necesito. 

Aquí vengo a presentar distintos tipos de carácter con los que puedes resonar. Toda la información que se encuentra plasmada ha sido recogida en una formación de Eneagrama. 

Hay personas cuya dificultad se encuentra centrada en lo motor, en el movimiento. Son aquellas que reaccionan ante la rabia inhibiéndola (lo que les supone una desconexión con el mundo, se vuelven invisibles y dependientes), otros la multiplican (tienden a dominar y presentan mucha dificultad para habitar su mundo emocional) y otros la reprimen (construyen un juez interior desde el que miran con cierta superioridad a los demás. No se permiten el placer a sí mismos y cortan su espontaneidad).

Otro grupo de caracteres encuentran su propia trampa en su mundo emocional. Los hay que son tremendamente emocionales (acabando por atender a las carencias de los demás y siendo muy susceptibles a la crítica), también aquellos que actúan la emoción según el entorno en el que se encuentran (no se muestran genuinamente y presentan graves problemas con su vergüenza) y otros presentan un carácter más triste, melancólico (tienden a compararse y a buscar ser especiales dentro de los grupos). 

Finalmente, el tercer grupo, llamado los mentales o intelectuales tienen muchos conflictos en relación con el miedo. Los hay que lo proyectan fuera acabando por volverse muy fóbicos, o contra-fóbicos (para no sentirlo se enfrentan a él). Les resulta muy complicado tomar decisiones y buscan la seguridad fuera. También otros lo interiorizan (viven retirados del mundo y tienen dificultad para poner límites), o los hay que lo evitan (son buscadores de placer, tienden a la fantasía y no toleran la frustración). 

Afortunadamente el carácter puede trascenderse. Es decir, encontrar y vivirte desde las virtudes más lúcidas que tu carácter alberga. Volverte genuino, espontáneo, capaz de responsabilizarte de ti mismo, y pudiendo comprender, desde el amor y la serenidad aquello que tanto me cuesta de las personas que me rodean. Poder recoger a tu hermano/a, a tus padres, hijos y vivirte en comunidad desde un lugar más armonioso contigo mismo y con los demás. 

Si quieres explorar tu carácter, comprenderte un poco mejor y sacar la esencia que se encuentra dentro de ti, ponte en contacto con nosotros: info@iluminapsicologia.com  

Laura Villa Manzano

Psicóloga colegiada M-36481